Si estás pensando en operarte la vista y librarte de las gafas de una vez por todas, la cirugía refractiva puede ser la solución.
La cirugía refractiva es una intervención relativamente sencilla con la que, en pocas horas recuperas tu visión por completo y puedes volver a tu vida normal. Pero ¿cómo saber si eres un candidato idóneo? A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta operación y qué características debes reunir para poder hacértela.

Contraindicaciones de la cirugía refractiva

Aunque, por norma general, se trata de un tipo de intervención sencilla y apta para todo el mundo, existen algunas contraindicaciones que debes conocer. Si tienes alguna de estas condiciones o enfermedades, podemos ofrecerte otro tipo de soluciones para mejorar tu vista.

Enfermedades oculares

Algunas enfermedades de los ojos no son compatibles con una operación refractiva. Entre ellas, encontramos:

• Ojo seco.
• Queratitis neurotrófica.
• Queratitis herpéticas.
• Problemas en los párpados, como lagoftalmos o cicatrices.
• Distrofias en la córnea.
• Queratocono.
• Queratoglobo.
• Degeneración marginal pelúcida.
• Otras éctasis de córnea. 

Enfermedades sistémicas

Aunque no exista ningún problema de salud ocular, hay ciertas enfermedades que pueden causar más complicaciones de lo deseable o que pueden comprometer la salud general, como son:

• Algunas enfermedades de la piel (rosácea, queloides, esclerodermia o acné).
• Lupus.
• Artritis reumatoide.
• Otras enfermedades autoinmunes.
• Cáncer.
• VIH.

Embarazo y lactancia

El embarazo y la lactancia están totalmente contraindicados con la cirugía refractaria. Durante este periodo, la córnea se encuentra más hidratada de lo habitual por causa de las hormonas y se modifica la refracción. Para poder someterse a la intervención tras interrumpir la lactancia, es necesario esperar al menos tres meses para que el cuerpo recupere su estado hormonal habitual.

Tener una graduación de más de 8 dioptrías

En estos casos, es más recomendable la colocación de una lente intraocular que una cirugía refractiva. En casos de graduación inferior, la operación puede realizarse asegurando un gran porcentaje de éxito para pacientes con miopía, hipermetropía, cataratas o astigmatismo.

Pruebas para saber si puedes hacerte una cirugía refractiva

Antes de aprobar y realizar cualquier intervención, ya sea una operación de cataratas o una operación de miopía, el oftalmólogo cirujano realizará una serie de pruebas para confirmar que es viable llevar a cabo el proceso.

Pruebas de refracción

Se realizan para conocer la graduación exacta en el momento de realizar la operación. Además, es necesario que el cirujano conozca el historial de refracción de los últimos dos años para comprobar que es estable.

Topografía de la córnea

Sirve para conocer la morfología corneal y asegurar que es lo suficientemente fuerte para poder ser operada con láser.

Paquimetría de córnea

Esta prueba se realiza para conocer el espesor de la córnea y, de la misma manera que ocurre con la prueba anterior, confirmar si es posible realizar la cirugía.

Tomografía de coherencia óptica

Esta prueba también ayuda a medir el espesor de la córnea. Además, sirve para saber la distancia que hay entre la misma y el cristalino.

Pupilometría

Para dilucidar el comportamiento de la pupila y predecir si el paciente será capaz de ver correctamente en condiciones de poca luz.

Dependiendo de las características personales de cada paciente, el cirujano puede decidir incluir alguna prueba más. Con toda esta exploración, nos aseguramos de que la operación de cirugía refractiva sea un éxito y que la persona recupere su visión de la forma óptima.

Si tienes alguna duda puedes consultarnos sin ningún compromiso y te ayudaremos a resolverla en nuestro centro de oftalmología en Barcelona.