Las lentes de contacto nos aportan ventajas y desventajas y, por ello, muchos son adeptos y otros prefieren optar por las gafas o por la cirugía. Sin embargo, no podemos negar que los avances tecnológicos y perfección en cuanto a técnica y diseño dan lugar a un amplio abanico de lentes y tipologías. Hagamos un repaso y analicemos este campo

Empecemos por lo básico y es que, como ya nos contó el doctor Cabot en su entrevista, a la cual puedes llegar mediante este enlace, el ciclo natural del cualquier persona a la que le diagnostican un problema refractivo en la niñez es el siguiente:

primeramente llevará gafas, con la llegada de la adolescencia puede que prefiera lentes por razones estéticas o por comodidad (especialmente pudimos notarlo con la pandemia y los cristales empañados en consecuencia de la respiración por las mascarillas).

Será probable que, con la edad, y especialmente si la graduación es severa, las personas acaben optando por la cirugía. No obstante, hasta que no llega ese momento, existen muchísimas posibilidades en cuanto a lentes para elegir. Veamos diversas tipologías según diferentes variables.

Lentillas según dureza

Encontraremos, básicamente:

– Lentes de contacto blandas: las cuales se suelen recetar más frecuentemente ya que sirven para corregir defectos típicos como la Miopía, Hipermetropía, astigmatismo o presbicia (Pérdida de la visión asociada con la edad). ¿Por qué se recetan tanto? suelen ser fácilmente adaptables a la fisionomía de la mayoría. Además de esta característica, tendrás de uso diario, nocturno…

– Lentes de contacto rígidas: son permeables al gas y nos proporcionan una visión clara y nítida. Son más duraderos, por lo cual, aquellos que prefieran las de tipo desechable puede que no estén cómodos con este tipo de lente.

Lentes híbridas: como su nombre indica, una mezcla de las anteriores. Cuentan con un centro rígido permeable al gas rodeado por un anillo exterior blando. Su hándicap es que suelen ser más caras de reemplazar que los lentes blandos y de hidrogel de silicona.

Lentillas según duración

Encontraremos las típicas lentes de uso diario así como aquellas de uso prolongado que  pueden usarse durante la noche, habitualmente por un período de siete días consecutivos sin extraerlas. Cabe destacar que el tiempo máximo de uso aprobado por la FDA para determinadas marcas de lentes es el de aquellas de uso “Uso continuo”: un término que se utiliza para describir 30 noches consecutivas de uso de los lentes.

Entonces, ¿cada cuánto debemos remplazar los lentes de contacto?

En efecto, según tipología, duración y uso. De modo que, evidentemente siempre con un trato correcto e higiénico para evitar infecciones, podemos encontrar desde 

Lentes desechables diarios (de un día o cada dos semanas), a lentes de remplazo frecuente (ya sean mensuales o trimestrales).

Otros tipos de lentes

Como te hemos adelantado al principio de este artículo, existen numerosos tipos, así que allá van algunas fuera de las variables anteriormente mencionadas como la dureza o la durabilidad:

• Lentes de contacto multifocales: Disponibles en varios materiales, pueden corregir la miopía, la hipermetropía y la presbicia al mismo tiempo.
• Lentes con finalidades terapéuticas: 

•  Es el caso, por ejemplo, de aquellas que tienen matices de colores con el fin de mejorar la percepción del color y compensar defectos como el daltonismo. No confundir con aquellas lentes de colores con fines estéticos o para disfraces, como hemos dicho, tienen fines curativos o terapéuticos.
•  También tenemos el caso de las lentes escleróticas, de mayores dimensiones para poder extenderse y ayudar a corregir la visión de aquellas córnea irregulares.
• Lentes de contacto para ojos secos para aquellos que notan una sequedad incómoda con las lentes comunes
• Lentes con bloqueo de rayos UV: así como existen gafas con bloqueadores de los rayos nocivos de las pantallas, existen las que ayudan a bloquear los rayos UV.

¿Qué lente de contacto es la correcta?

Esta pregunta no te la puede responder un blog, por mucho que esté redactado por expertos. La única manera de saberlo será visitando al oftalmólogo para que, mediante las pruebas pertinentes y un cuestionario exhaustivo, dictamine cuáles son las mejores para ti. ¿Te gustaría visitarte con nosotros? Contacta mediante nuestras redes, nuestro correo o por teléfono. Estaremos encantados de atenderte, ¡sin compromiso alguno!