Es el problema visual más extendido entre los menores de 45 años y afecta a uno de cada tres españoles. La miopía es un tipo de defecto refractivo que se caracteriza por la visión borrosa de los objetos lejanos. Esto sucede debido a que la imagen se forma delante de la retina (en lugar de sobre su superficie), bien porque la córnea, el cristalino o ambos son muy curvos, o bien porque el ojo es más largo de lo normal.

Se acostumbra a distinguir entre dos tipos de miopía: por una parte, la miopía simple, que es aquella inferior a las 6 dioptrías y, por otra, la miopía magna o alta miopía, que es mayor a este número de dioptrías y suele ser provocada por la existencia de un ojo más largo de lo normal.

El principal síntoma de la miopía es la visión borrosa de los objetos que se encuentran a cierta distancia. Debido a esto, es normal que la persona se acerque a los objetos para verlos y que se vea obligada a entornar los ojos para enfocar mejor. También es habitual que se experimente fatiga visual y dolor de cabeza.

Generalmente, los síntomas se presentan en la infancia y pueden aumentar con el paso del tiempo, produciéndose cambios en la graduación a lo largo de los años. Puede manifestarse asociada a otros defectos refractivos como el astigmatismo o la presbicia o vista cansada y suele estabilizarse a partir de los 18 años.

La miopía suele producirse cuando la córnea, el cristalino o ambos son demasiados curvos o cuando el globo ocular es demasiado largo. En ambos casos, los rayos de luz se enfocan en un punto delante de la retina en lugar de hacerlo directamente sobre su superficie.